Tus pensamientos determinan tu vida. Porción del Zohar Jayei Saráh.

Las vidas de Sarah:

La Toráh nos cuenta que ocurren dos cosas:

  • Muere Sarah, la parte femenina de Jesed, como consecuencia de que van a sacrificar a su hijo Ysaac. 

  • Después de la muerte de su madre, Ysaac se casa con Rivkáh: “y estuvo con ella y la amó”.

El Zohar nos dice:

  • Las personas que están biológicamente vivas y no están conectadas con la Luz sino viviendo el 1%, es como si estuvieran muertas. 

  • Son consideradas vivas aquellas que se mantienen conectadas con el 99% de la Luz, haciendo acciones altruistas

  • Aunque estén muertas físicamente, si su alma está conectada con el 99% de la Luz, sigue estando viva, por eso se llama a esta porción “las vidas de Sarah”.

  • Los años de vida son aquellos en los que realmente estamos conectados.

“Ysaac conoció a Rivkáh, la llevó a su tienda, y la amó”, es decir, primero se da la unión de sus almas en la intimidad, y luego, después de compartir sus vidas, se construye el amor, no antes.

¿Cuántos misterios supremos (secretos divinos o profundos) existen en la Toráh?

El estudio del Zohar es el estudio del alma de la Toráh. Pero también es importante leer la Toráh y tratar de entender todas sus historias por nosotros mismos y luego que el Zohar nos ilumine.

“... Más preciosa que las perlas”, es decir, la Toráh no es secundaria, es valiosa y vale más que las joyas. 

  • Las perlas tienen una cualidad particular, ellas se dan dentro del cuerpo de un ser viviente (una ostra).

  • Nacen como consecuencia de una herida en este ser.

  • Se demora en desarrollarse.

  • Luego hay que buscarla, abrir la ostra y sacar la perla.

Así, ocurre con la Toráh, para que la vida de la Torah se manifieste hay que:

  • Conectarla con nuestra vida, estudiarla e integrarla con nosotros.

  • Estar dispuesto a pagar el precio por esa maravilla, ponerle voluntad, darle mi tiempo, dedicarle, tomarmelo en serio.

  • Madurarla, darle tiempo, compararla e ir más allá de lo literal y relacionarla con nosotros mismos y nuestra vida.

  • Y estudiar Kabbalah para estudiar el Zohar que son las profundidades de la Toráh.

“Tesoros ocultos”, es decir, tesoros verdaderos y no falsos, como las cosas materiales del 1%. 

El amor, el tiempo, el cariño, las palabras de apoyo, todo eso que hemos dado es aquello que no pueden quitarnos, las experiencias, el amor que dimos. Todo esto es verdadero y persiste en el tiempo.

La Toráh es perfecta, purifica y sana el alma y la vida. “Abre los ojos de mi alma (99%) para leer las maravillas de la Toráh”.

Los ojos físicos están representados por la letra Áin que vale 70, y también significan “nada”, es decir, permíteme ser nada y hazme humilde, para que pueda ver los secretos de la Toráh.

En el Árbol de la Vida los ojos significan la proyección física de los hemisferios cerebrales de Jojmáh y Bináh, entonces antes de comprender la Torah tenemos que tener el deseo interior de también poder entenderla y adquirirla con los ojos de mi alma, para que Jojmáh tenga la semilla y Bináh la transforme y determine cómo se van a mover los átomos de mi cuerpo y de mi alrededor. 

Lo que ocurre en mi cabeza determina lo que va a ocurrir en mi vida. Que esto traspase lo material, se integre y se vuelva parte de mi, se vuelva permanente y me transforme. Hay que tener el deseo de transformación al leer la Toráh, para que transforme nuestra vida.

La Toráh nos pone en la frecuencia correcta para surfear la ola. Es una perla que nos dará riqueza y maravillas.

Abrazos y bendiciones,

Dany

*Resumen de la clase del Zohar de A. Esteban Acuña Nuñez Z”L de la Fundación Kabbalife